En estos días de atrás hemos venido hablando de los motivos y qué hacer cuando un perro tiene la costumbre de morder. Es una conducta que no es exclusiva de los canes. También los gatos tienen este tipo de comportamiento. Inicialmente puede parecer extraño porque los mininos se asocian más con los arañazos, pero también son capaces de morder en determinadas situaciones como, por ejemplo, cuando se les quiere mostrar afecto. Varias son las causas que están detrás y cuya explicación depende del tipo de mordedura que haga el minino y de su edad, entre otros factores. Hoy nos centramos en los distintos tipos de mordisco.
Tipos
Lo primero que hay que tener claro cuando un gato muerde es el tipo de mordida que realiza porque, en función de ella, esta conducta tiene un significado u otro y un nivel de gravedad diferente.
En un principio, podemos hablar de dos tipos. Uno de ellos es un mordisco suave y que se acompaña de un ronroneo. Aquí en general, lo que el gato pretende es mostrar su cariño hacia la persona que muerde, pero siempre que sean mordidas leves y el gato no tenga una conducta agresiva, sino que se note que está a gusto. En estos casos, prácticamente podría decirse que estos mordiscos equivaldrían a los besos humanos.
No obstante, en estos casos, también hay que tener en cuenta la edad del gato. Y es que, conforme el minino va cumpliendo años, se muestra más esquivo y tiene menos interés por las muestras de afecto tanto por que se las hagan como por hacerlas.
De hecho, es habitual que se sientan incómodos ante las caricias y otras muestras de afecto a las que es frecuente que responda con alguna mordida para mostrar su malestar y marcar cuándo y cuántas caricias quiere.
Y también hay que hablar de otro tipo de mordidas en el gato que son todas aquellas en las que ya no son tan leves, causan dolor y, además, se acompañan de gestos de agresividad. Estas es un principio son las que más deben alertar.
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