El frío puede afectar el bienestar de nuestras mascotas, ya que las bajas temperaturas pueden alterar el equilibrio de su organismo. Hay que tener especial cuidado, sobretodo, con animales jóvenes o recién nacidos, los de mayor edad y los que padecen artritis, ya que el frio empeora la situación de sus articulaciones. Por esas razones, ante la llegada de estaciones frías, hay que tomar precauciones para evitar decepciones.
Alimentación y los ejercicios
El mayor aporte de calorías y nutrientes necesarios los dan los alimentos equilibrados, especialmente diseñados para cada tipo de perro. Los animales que están mucho tiempo al aire libre requieren de una alimentación reforzada, ya que necesitan una cantidad mayor de energía. Tampoco el ejercicio debe descuidarse porque haga frío y no nos apetezca salir. Los perros que viven en pisos tienen que ser paseados diariamente.
Abrigarlos a la hora de dormir
Cuando una mascota está fuera de casa, tiene que tener un lugar donde protegerse por la noche, ya que es indispensable aislarlos de la humedad del suelo. Otro elemento a tener en cuenta es que las casitas de perros no tengan goteras porque el agua que entra por la noche puede ocasionar resfriados. Asimismo, este alojamiento debe ser pequeño para que pueda concentrar el calor que ellos mismos desprenden.
La pérdida del pelo o la sequedad de la piel durante el invierno puede ser signo de que nuestra mascota pasa frío. En tal caso, hay que cepillarlo más a menudo, para activar la circulación sanguínea del cuero cabelludo y estimular la hidratación. Si nuestra mascota sufriera una hipotermia a causa del frio habría que practicarle unos primeros auxilios básicos como abrigarlo con mantas y bolsas de agua caliente, frotar enérgicamente su cuerpo y, si está consciente, darle de beber agua tibia con azúcar. Aunque la creencia popular es que nuestros perros son capaces de protegerse del frío, en condiciones extremas requieren nuestra ayuda.