Este tipo de comportamientos es bastante común en las aves. Algunos pájaros pueden “rascarse” tanto sus plumas que pueden llegar a dañarse. Otras aves, como por ejemplo los loros, directamente se las arrancan. Este tipo de acciones puede producir una serie de daños en sus folículos que producirán que las plumas no vuelvan a crecer. En los casos más extremos, algunas aves terminan haciéndose grandes heridas que les pueden producir serias infecciones.
Por desgracias, estos comportamientos son a menudo bastante complejos y nada fáciles de resolver. Aunque estas conductas destructivas pueden ser causadas por algún problema de índole física, en la gran mayoría de los casos, se produce por un problema emocional o psicológico
Si tu pájaro está comenzando a arrancarse las plumas, lo primero que debes hacer es llevarle al veterinario. Este, deberá determinar si tu amigo tiene algún problema de salud o existe algún factor ambiental que le está afectando. Para evitar que el desplume se convierta en un hábito de por vida, debes tratar de identificar y corregir la causa o causas tan pronto como sea posible. Vigila a tu mascota para que esta práctica no se convierta en una irracional costumbre.
Arrancarse las plumas puede ser causado por cualquier cosa: la angustia o malestar, estados emocionales negativos como el miedo, la ansiedad, el aburrimiento, la depresión, la soledad y una sensación de pérdida. Los loros, son animales muy inteligentes y sensibles que pueden experimentar una amplia gama de emociones, por lo que pueden ser muy propensos al estrés. Acude a tu veterinario en cuanto empieces a notar estos problemas.