De vez en cuando, los perros estornudan. Es un gesto que es más habitual de lo que parece y que no siempre es señal de preocupación. No obstante, sí es cierto que, si la mascota estornuda con mucha frecuencia y de forma prolongada o crónica, es importante acudir al veterinario para que le haga un examen clínico. Pero, ¿por qué estornudan los perros? ¿Cuándo es o no una señal preocupante?
Los motivos del estornudo en los perros
En general, el estornudo de los perros es muy similar al de las personas. En concreto, se produce como respuesta a una irritación de las vías respiratorias superiores y de las membranas mucosas que recubren los conductos nasales del can.
Esta reacción es común ante, por ejemplo, la presencia de algún agente externo que le irrita o le obstruye ligeramente las vías respiratorias. Pero, además, el estornudo es síntoma de alergias o de que el perro está resfriado.
Incluso en algunas ocasiones, el perro recurre al estornudo como una señal inequívoca de excitación cuando juega o está muy contento o bien sabe que va a recibir un premio que le gusta mucho. Es un gesto que se produce como un acto reflejo inconsciente.
¿Cuándo preocuparse?
Como hemos comentado anteriormente, es importante observar siempre los estornudos del perro con el fin de detectar cuándo puede haber alguna causa importante o problema de salud.
Son los casos en los que el perro estornuda de forma reiterada y durante mucho tiempo o bien el estornudo se hace crónico. Normalmente, esto puede responder a un resfriado, sobre todo si coincide con el otoño-invierno y, no suele tener mayor importancia porque es una afección leve de la que la mascota se recupera.
Sin embargo, hay que prestar atención porque este resfriado puede ir a más y generar otras dolencias más graves en la mascota como, por ejemplo, la traqueobronquitis infecciosa canina.
También es importante descartar que el perro tenga alguna alergia para aliviarle los síntomas. Y es que puede tenerla a muchas cosas como el polen, el tabaco, productos de limpieza que se empleen en el hogar e, incluso, a los perfumes de los dueños o ambientadores. Es clave así que el veterinario le realice las pruebas diagnósticas.
Fundamental es a su vez comprobar que no tiene las vías respiratorias o el hocico obstruido. A veces, la causa puede ser un poco de barro o un poco de césped u hoja que haya olfateado en el parque. Pero, además, puede que tenga ácaros, que son realmente molestos.
Artículos relacionados: