Como nosotros, a medida que cumplen años, los perros van experimentando problemas de salud ligados a la vejez. Por ello, deberemos ir adaptando su ritmo de vida y los cuidados que le prestamos a su edad, para lograr que su calidad de vida sea igual que en su juventud y que se mantengan sanos el mayor tiempo posible.
Para ello es neceario tener especial cuidado en relación con la alimentación, sobre todo si nuestro perro tiene dolencias como artrosis u otras parecidas que le impiden realizar ejercicio con normalidad. Si no adaptamos la dieta y la cantidad de alimento cuando su gasto calórico es menor, nuestro perro puede tener sobrepeso y obesidad, con las consecuencias que eso tiene para su aparato locomotor y el sobreesfuerzo que supone para su corazón y sus pulmones moverse en esta situación.
Es necesario prestar atención a su apetito, ya que a veces a esta edad disminuye hasta el punto de poner en peligro su salud. Podemos prepararle comidas que le resulten apetitosas y fáciles de digerir así como darle suplementos de minerales y vitaminas para paliar cualquier deficiencia que pueda tener.
Si tiene problemas en las articulaciones deberemos cuidar de que tanto el agua como la comida estén a su alcance, de forma que no tenga que hacer un sobreesfuerzo para alcanzarlas.
Cuando le saquemos a pasear también deberemos prestar más atención a nuestra mascota, ya que seguramente sus sentidos como el oído y el olfato habrán disminuido, por lo que puede tener mayor propensión a sufrir golpes o tropiezos. Estando atentos le ayudaremos a evitarlos.
El aspecto emocional también deberemos cuidarlo, ya que cuando son mayores los perros se vuelven muy sensibles, pudiendo incluso llegar a ser llorones. Por ello es necesario que le proporcionemos mucho amor y cariño, y que tengamos paciencia con ellos.