Tener un perro adulto te puede dar una tranquilidad que un “revolucionario” cachorro no te da. Los perros adultos ya se han acostumbrado a tus necesidades, debilidades y costumbres en general. Tú también has hecho lo mismo: sabes cuando está cansado, cual es su chuchería favorita, etc. Probablemente, la mayor ventaja de tener un perro adulto sea el buen equipo que habéis conseguido formar.
Puedes estar fuera de casa las horas que necesites que él no entrará en pánico. Ya ha aprendido que no debe comerse las cosas para llamar tu atención. Seguro que si tienes niños, también ha aprendido a “criarlos”: juega con ellos, les acompaña cuando van a comprar a la tienda que hay a la vuelta de la esquina, etc.
No es raro escuchar la predilección de alguien por algún perro que ha formado parte de su vida. Los perros te acompañan en difíciles momentos familiares, en los momentos más alegres… Un perro adulto puede ser una muy buena influencia estabilizadora con los niños y todo aquello a lo que rodean y consideran su familia. Pueden actuar como un buen “puente social”.
En los casos de propietarios de edad avanzada, un agradable perro mayor puede que se convierta en el único miembro de la familia que tenga cerca. ¿Sabías que en EE.UU. los dueños de mascotas que tienen testamento suelen dejar el 27% del dinero para los cuidados del perro? Lo que está claro es que tener un perro adulto es un placer del que muchas personas deberían aprender a disfrutar.