La edad del perro es uno de los aspectos que tenemos que tener en cuenta a la hora de elegir el mejor alimento para él. Al igual que no podemos dar de comer lo mismo a un cachorro que a un perro adulto, si nuestro perro es ya anciano debemos adaptar la dieta a su edad, de forma que no sufra carencias de ningún tipo que puedan provocar o agravar las enfermedades que sufra o que pueda sufrir en el futuro.
La raza y el tamaño del animal también son determinantes a la hora de elegir la mejor alimentación para él, ya que las razas peuqeñas viven más años que las grandes, por lo que deberemos comenzar el cambio de alimentación a lso cinco años si nuestro perro pertenece a una raza grande, a los siete si es de tamaño mediano y a los ocho si es pequeño.
Como, al igual que nosotros, los perros disminuyen su actividad a medida que cumplen años, la ingesta calórica que realicen debe ir disminuyendo también, aunque teniendo cuidado de proporiconarle una alimentación proporcionada y equilibrada en la que no pueden faltar las vitaminas, grasas, hidratos de carbono y proteínas. De este modo evitaremos la obesidad, un problema muy frecuente en los perros ancianos que puede agravar dolencias habituales en ellos como la artritis. Según los expertos, deberemos reducir en un 20% el aporte calórico que le dábamos hasta el momento. Para que la comida resulte saciante, es aconsejable aumentar la cantidad de fibra que le proporcionamos en su dieta diaria.
Si le alimentamos con pienso, deberemos elegir aquellos específicamente formulados para perros senior, ya que en su formulación resultan menos calóricos.
También puede ser necesario incluir en su dieta suplementos vitamínicos y minerales que aporten principalmente vitaminas del grupo B y antioxidantes, del grupo C y E, aunque siempre bajo consejo veterinario.