Esterilizar a un gato es un procedimiento muy importante en la vida del mismo. Mediante una pequeña operación, se eliminan las partes reproductivas del gato. Además de la evidente necesidad de controlar el número de embarazos no deseados de los gatos callejeros, esta acción les convertirá en animales menos agresivos y menos territoriales. Al parecer, según algunos estudios, los gatos esterilizados son capaces de vivir más años.
El precio de la operación puede variar pero recuerda que es algo que merece la pena que realices. Una vez se recupere, el gato seguirá siendo el mismo. Revisa los días siguientes como se recupera. Seguro que pronto acude a su caja de arena a hacer sus necesidades. Por cierto, no aproveches la operación para realizar a tu mascota la típica operación de eliminación de sus uñas.
Algunos veterinarios aprovechan ese momento para explicarte que se les puede realizar esa “amputación” mientras están dormidos. Primero que, esa operación es algo irracional y segundo que bastante tiene ya el animal con recuperarse de “sus partes” como para encima tener que estar pendiente de sus patas.
Volviendo al tema de la esterilización, a menos que se produzca alguna complicación, no hay motivos para que el animal se quede por la noche en la clínica. Recoge al animal cuando se haya despertado completamente de la anestesia y llévale a casa para dejarle en una habitación completamente tranquila. Déjale su caja de arena, su cama y una luz tenue por la noche. Lo importante es que descanse y se empiece a recuperar poco a poco.