Los problemas hormonales no son específicos de las personas. También los perros pueden padecerlos e, incluso, estar vinculados a otras patologías que no son específicamente de tipo endocrino. Una de ellas es la enfermedad de Addison, también conocida como hipoadrenocorcitismo, que tiene unos síntomas claros en el perro, siendo conveniente tratar clínicamente a la mascota.
Qué es
La enfermedad de Addison consiste en la reducida o escasa función de las glándulas suprarrenales, ya que producen o no producen hormonas que son importantes como es el caso de las llamadas glucocorticoides (cortisona) o mineralocorticoides (aldosterona).
Estas hormonas son importantes porque el nivel de cortisol afecta al nivel de azúcar, grasa y de proteínas en el metabolismo. Así, si las glándulas suprarrenales no funcionan de manera adecuada, no se genera así el suficiente cortisol para que el organismo se regule adecuadamente.
Además, la aldosterona es la que se encarga de equilibrar la sal, potasio y agua en el cuerpo, llevando un desequilibrio de los mismos que puede llegar a tener consecuencias graves.
La enfermedad afecta a cualquier perro, aunque sí se percibe una mayor incidencia en las hembras. No obstante, puede aparecer en perros de cualquier edad, sexo y raza.
Síntomas
Esta enfermedad puede desarrollarse de forma lenta durante tiempo por lo que, a veces, cuando se detecta está ya por una situación grave o de emergencia. Varias son las señales a las que hay que prestar atención, aunque el diagnóstico no es fácil porque los síntomas coinciden con otras enfermedades.
Entre los síntomas más habituales están la debilidad muscular, así como la hipotermia y la disminución del ritmo cardiaco, pérdida de apetito, sangre en las heces, pérdida de pelo, letargo, deshidratación, temblores y anorexia, entre otros, como la diarrea o vómitos.
Tratamiento
El tratamiento para la enfermedad de Addison se centra principalmente en reemplazar los mineralocorticoides y glucocorticoides, que no produce el organismo y en poner más sal en las comidas.
Los tratamientos deben así ser prescritos por el veterinario según el perro para conseguir que las hormonas estén en su sitio y el organismo se regule de forma adecuada.
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