Conductas compulsivas en gatos


Como nosotros, los gatos también tienen algunas manías o costumbres que les llevan a repetir comportamientos con regularidad, sin que ello revista ningún problema, hábitos que suelen practicar cuando se sienten aburridos y necesitan distraerse, como perseguir o morder las piernas de sus amos o traer objetos o animales muertos del exterior.

Sin embargo, en ocasiones, estos comportamientos dejan de ser esporádicos y se convierten en constantes, casi compulsivos, poniendo en peligro la salud y la calidad de vida del animal. Los más habituales son los siguientes:

Chupar lana: Este es sin duda uno de los que más atentamente deberemos observar y evitar, ya que el animal no se limita a chuparla, sino que puede llegar a ingerir hilos de lana, lo cual, si lo hace con asiduidad puede ocasionarle una oclusión intestinal que necesite intervención quirúrgica para solucionarse. Este comportamiento se suele ver en los gatos siameses.

Morderse la cola: Al igual que ocurre en los perros, este comportamiento suele deberse a que el animal está sometido a un alto nivel de estrés. Este hábito puede terminar creándole lesiones o hemorragias.

Limpiarse y lamerse excesivamente ciertas partes del cuerpo: Aunque todos los gatos dedican una gran parte de su tiempo a acicalarse, a veces este comportamiento se hace tan obsesivo que el animal termine arrancándose a base de lamerse el pelo de alguna parte del cuerpo, habitualmente la cara interior de las patas posteriores o el bajo lomo. Esto suele darse cuando el animal está pasando por un periodo de gran estrés y ansiedad, bien por haberse cambiado de casa o por la llegada de otro mascota o de un nuevo miembro a la familia.

En cualquier caso, antes de determinar la existencia de un comportamiento compulsivo, es necesario asegurarse que el animal no está sufriendo ninguna alergia o picaduras de pulgas u otros parásitos.

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