Mitos sobre los tiburones


La mayoría de las personas considera a los tiburones como asesinos despiadados del océano con los que es mejor no toparse, ya que no dudarán en devorarnos. El cine y la literatura han ayudado a perpetuar este y otros mitos que crecen en torno a estos animales que, aunque nos pueden resultar aterradores, son sin duda fascinantes. Estos son los mitos que en torno a los tiburones que más han arraigado entre nosotros:

– La casi totalidad de las especies de tiburones que existen son peligrosos para los seres humanos: Nada más lejos de la realidad, y para confirmarlo basta con echar un vistazo a los números. Existen más de 350 especies de tiburones y más del 80% de ellas son totalmente inofensivas para el hombre o rara vez se acercan a los seres humanos. De hecho, las únicas especies catalogadas como peligrosas el Gran Blanco, el tiburón Toro y el tiburón Mako, junto con el tiburón oceánico.

– Los tiburones se vuelven locos cuando huelen sangre humana: Al contrario de lo que nos han transmitido las películas, los tiburones no parecen tener preferencia por ninguna sangre en particular.

– El Gran Tiburón Blanco habita en las playas más frecuentadas por los humanos: Las playas en las que más disfrutamos nosotros suelen tener las aguas cálidas, mientras que el esta especie de tiburón prefiere las aguas frías, por lo que no suelen encontrarse en las aguas frecuentadas por los humanos, excepto en algunas regiones.

– Los tiburones tienen que nadar continuamente para mantenerse vivos: Esto es solo real para algunas especies, aunque otras pueden posarse tranquilamente en el suelo oceánico, impulsando la sangre a través de sus agallas para respirar, en lugar de estar nadando para hacer pasar el agua a través de ellas.

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