¿Mi gato es intolerante o tiene alergia a la lactosa?

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Gatos y leche son dos términos que siempre suelen ir asociados. Sin embargo, no siempre es así porque los mininos no pueden beber todo tipo de leche ni a cualquier edad. Cuando se hace esto, se tiende a pensar que el gato se siente mal y que le ha sentado mal. Y, en parte es así, porque es un alimento que no debe tomar de por vida. Pero también hay otras ocasiones en que, siendo la leche adecuada y teniendo la edad indicada, se observa que el gato no se encuentra bien. Eso es por la intolerancia o alergia a la lactosa. Sí, los mininos, al igual que los seres humanos, también pueden ser intolerantes.

Síntomas de la intolerancia a la lactosa

La intolerancia o imposibilidad de digerir un nutriente, hace que el estómago lo rechace y provoque malestar general en la mascota. Esto se nota porque el gato tiene una serie de síntomas ante los que hay que estar alerta.

Las más claras son aquellas señales relacionadas con el rechazo al nutriente. De este modo, el gato con intolerancia a la lactosa tendrá náuseas, vómitos y diarrea. Estos síntomas se producen porque el minino necesita liberarse de la leche porque nota que su cuerpo no puede digerirla.

Posteriormente, aparecen otras señales que causan malestar en el gato, con independencia de que haya tenido otros o todos los síntomas anteriores. El minino empieza así a notar molestias en el estómago, aparte de tener gases. Igualmente, se observa una hinchazón estomacal.

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Síntomas de la alergia a la lactosa en el gato

La alergia es más grave que la intolerancia porque puede provocar que el sistema inmunológico del gato produzca unos efectos que lleven al minino hacia la muerte. En el caso de ser el animal de compañía alérgico, los síntomas se notan rápidamente. El primero de ellos es dificultad para respirar. Esto suele acompañarse a continuación de tos.

También se puede producir una bajada de la tensión arterial, así como notar picor y urticaria. A todo ello se suman los síntomas de la intolerancia como el malestar en el estómago, los vómitos y las diarreas para que el gato trate de eliminar esta sustancia de forma natural de su organismo.

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