Saber el estado de salud de la mascota no siempre es fácil. Sin embargo, sí hay unas señales que pueden hacer pensar que tiene alguna enfermedad o problema de salud. En el caso de los gatos, suele ser bastante habitual que una serie de comportamientos, de gestos y de hábitos inciten a pensar que tiene alguna enfermedad o bien no se encuentra bien de salud. Pero, ¿qué señales nos tienen que alertar?
Las señales
Uno de los principales indicadores para saber si el gato está enfermo es fijarse en su postura porque en los gatos bastante claro. Por ejemplo, cuando el minino realiza movimientos con dificultad o bien camina o adopta una posición arqueada es porque tiene dolor.
También debemos estar alerta cuando el gato no quiere cambiar de postura y se mantiene acurrucado y apartado de todo y de todos durante varias horas. Esto indica que tiene dolor o algún malestar, siendo necesario consultar con un veterinario.
Los ojos del gato son una clara señal de cómo se encuentra. Especial atención requiere el tercer párpado del minino, es decir, la membrana que tienen. Si se observa que cubre parte del ojo o que está cerrado es importante acudir al veterinario. El motivo no es otro más que si esta membrana está desplegada es porque el gato está enfermo, tiene malestar o aturdimiento por algún motivo.
Igualmente, hay que acudir al veterinario si el gato tose porque es señal de que puede tener algo en las vías respiratorias, desde algún resto de alimento a una masa o inflamación. Sea cual sea la razón, es conveniente mirarlo.
La forma de alimentarse es otro indicativo. Por ejemplo, la falta de apetito es señal de que la mascota no se encuentra bien. Son casos en los que deja de comer totalmente o bien come en menor cantidad.
No obstante, el hecho de que coma y mantenga su apetito no quiere decir que esté bien de salud. Hay algunas patologías y enfermedades que no tienen relación con el hambre y las ganas de comer del minino. De esta manera, siempre se deben atender a diferentes factores y analizarlos en su conjunto.
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