El pensativo Shi Tzu


Se cree que la raza de los Shi Tzu tendría más de mil años porque ya aparecían restos de estos animales en excavaciones en el Tibet. Están emparentados directamente con el Lhasa, y en su creación interviene el Pekinés y otros perros enanos chinos desaparecidos hoy en día. Era, junto el Lhasa, el perro del Dalai Lama, y se ofrecía a la familia imperial china como obsequio.

Son perros de pequeña estatura, no deben sobrepasar los 26 centímetros y su peso oscila entre 4,5 y 8 kilos los machos y 4,5 y 7 kilos en las hembras. Al ser tan pequeños y manejables son perfectos para vivir en apartamentos en una ciudad.

Físicamente, el Shi Tzu es más largo que alto y con patas rectas y cortas, cubiertas de manto de pelo. Los ojos están separados y son saltones, les lloran con facilidad, así que hay que limpiarlos a diario.

Las orejas son largas y caídas. Los colores del pelaje son negro, blanco, crema, gris o incluso una mezcla de toda esta gama de colores. El manto de pelo es largo, liso y muy llamativo si está bien cuidado, hay que dedicar tiempo al cepillado, también se le pueden hacer recogidos muy divertidos. En verano, si estás cansado de los cuidados de la melena del perro, se les puede cortar el manto y así ganar en comodidad.

De cachorro el Shi Tzu es muy vivo y travieso, pero cuando se hace adulto se vuelve muy serio, esa pose pensativa, casi mística, hace que entendamos que fuera el perro del Dalai Lama. No necesita mucho ejercicio, por lo que son ideales para la ciudad e incluso para las viviendas pequeñas. Su docilidad y buen carácter ante las visitas o la llegada de desconocidos, hacen que sea apreciado por personas de más edad.

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