Queda muy poquito par la noche de Halloween y, aunque en España está fiesta aún no está del todo extendida, muchas personas se animan a celebrarla por todo lo alto, llenando la casa de calabazas y telarañas y disfrazándose de todo tipo de personajes. Por supuesto, también los hay que deciden disfrazar también a sus mascotas, una costumbre que está aumentando en países como Estados Unidos.
Como puedes imaginar, la fiebre de vestir a perros y gatos en Halloween no alcanza en España las dimensiones que ha adquirido en otros países. Por ejemplo, los estadounidenses gastaron cerca de 273 millones de euros en disfraces de Halloween para sus mascotas en 2013, solo tres veces más que lo que invierten en disfraces para niños. Sin embargo, algunos expertos consideran que no es una práctica positiva para los animales.
Una práctica estresante
Aunque a los dueños pueda parecerles simpático, los expertos en comportamiento canino advierten que al disfrazarse, el animal puede estresarse y sentirse molesto. Así, humanizar al perro puede tener algunos peligros, aunque también puede llevar a ser valioso para el animal, que logra captar la atención y puede conseguir una ración extra de premios comestibles caninos y de caricias por parte del dueño.
Consejos
Si finalmente te decides por disfrazar a tu mascota, deberás tener en cuenta si ésta tiene el humor y la paciencia de esperar a que lo vistas. Los que mejor aguantan un disfraz son los que están acostumbrados a usar ropa en invierno o en época de lluvias. Sin embargo, hay perros que no soportarán nada más que su collar o el arnés, así que lo único que puedes hacer es pensar en un disfraz que se sostenga de estos elementos para que no le moleste tanto.