El ladrido es el modo natural de comunicarse del perro, tanto con otros perros como con nosotros. Con él nos indican si están contentos, tristes o nerviosos y nos permiten mejorar su relación con nosotros.
El problema surge cuando el ladrido es incontrolado y el perro no para de ladrar durante todo el día, independientemente de que exista o no un estímulo para ello. Esto no sólo resulta molesto para nosotros, hasta hacernos perder los nervios, sino también para quienes nos rodean, lo que puede acabar generando problemas de convivencia. Para evitarlo, podemos seguir unas sencillas pautas para evitar estos ladridos incontrolados.
Exceso de energía
En la mayoría de los casos este ladrido excesivo está motivado por una acumulación de energía a la que el animal no sabe cómo dar salida. Por ello, la primera medida que deberemos tomar es aumentar el ejercicio que realiza nuestro perro cada día, tanto en tiempo como en intensidad, de forma que pueda canalizar toda esa energía.
Notaremos, sólo con esta medida, que los ladridos disminuyen. Deberemos incluir, dentro del paseo, juegos y estímulos mentales que diviertan y estimulen a nuestro perro.
Corregir los ladridos
Para lograrlo, por muy hartos que estemos de oír ladrar al perro, debemos estar tranquilos y sosegados, para no transmitir más nerviosismo al animal. Cuando ladre, le diremos ¡no! o le daremos un toque suave, para que deje de ladrar, y repetiremos la misma acción siempre que el animal comience a ladrar descontroladamente. Es importante no hacerlo cuando exista una razón objetiva que le lleve a ladrar, como cuando alguien llega a casa, para no confundirle.
Ayuda profesional
En ocasiones, no es posible lograr así nuestro objetivo, porque el perro tiene un gran nivel de angustia o ansiedad. En estos casos, lo mejor es consultar al veterinario, que nos puede indicar un tratamiento a seguir o contratar los servicios de un profesional que nos ayude a educar los ladridos del perro. Esto segundo es especialmente importante si el perro, además de ladrar, comienza a mostrar síntomas de agresividad.
Hola,
Escribimos a ver si nos pueden ayudar,
El problema que tenemos es el siguiente: el perro del vecino. Es un perro pequeño y con un ladrido chillón, fuerte y constante. Cuando no están los dueños, llora, aúlla y gime. Los dueños no nos quieren ni ver y no le quieren poner el collar antiladridos (que tienen comprado porque alguna noche se lo han puesto ) y, habitualmente, durante el día, ladra.
Por lo que leo en algunas webs parece que si se compra un aparato ultrasonidos, hay que direccionar la boca por donde emite el ultrasonido en la dirección del perro. Como el perro está en la casa de al lado yo no sé en qué dirección está, ya que pasea constantemente por la casa y sube y baja con libertad por la planta de abajo y la de arriba. por otra parte, no sé si pegado a la pared de mi casa podría funcionar ya que hay un murete y puede haber algún armario de madera entre este aparato y el perro, ya sea en mi casa o en la del vecino (desconozco el mobiliario).
Por tanto, me podrían aconsejar cuál es la mejor solución, si es que la hay para los ladridos y, en el caso de que la haya, la fiabilidad que tiene tanto para los ladridos como para los gemidos y aullidos?
Obviamente no nos gustaría que dañara al animal, por lo que requerimos información al respecto aunque pensamos que ninguno de estos dispositivos que este a la venta debería dañarles.
Muchas gracias y un saludo cordial