Collares antiladridos


¿Tu perro no para de ladrar? Entonces seguro que has probado con diferentes estrategias para solucionar el problema. Una de las más recurrentes son los collares antiladridos, collares con dispositivos especializados para causar molestia o daño al perro cada vez que ladra. Los más comunes son los eléctricos y los electrónicos.

La intención del uso del collar antiladridos es castigar al perro en el mismo momento en que ladra y, así, eliminar los ladridos. Sin embargo, aunque se puede llegar a eliminar esta conducta, también puede dar origen a otras conductas inapropiadas. Algunos adiestradores utilizan los collares antiladridos para eliminar problemas puntuales de ansiedad, pero si decides usarlo con tu perro, deberás hacerlo supervisado por un profesional que te aconseje si es o no positivo para tu mascota.

Collares eléctricos

En cuanto a los collares eléctricos, que provocan una descarga eléctrica para que el perro deje de ladrar, resultan complicados de utilizar, ya que durante los primeros usos el perro puede saltar en el momento de la descarga y puede asustarse mucho. Esto puede hacernos creer que le estamos haciendo daño y quitarle rápidamente el collar, por lo que en lugar de ser una solución para adiestrar al animal, solo es un mal rato tanto para el can como para nosotros mismos.

Collares electrónicos

En cambio, los collares electrónicos, que en el momento en el que el perro comienza a ladrar lanzan un olor que es desagradable para el animal, son o no efectivos dependiendo de la sensibilidad del animal a dicho olor.

Problemas de los collares antiladridos

Uno de los problemas de los collares antiladridos, especialmente de los eléctricos, es que pueden provocar la agresión por el dolor o por la frustración producida por el castigo, aunque éste no sea físicamente intenso. Además, estos collares pueden activarse por ladridos de perros que están cerca.

Por otro lado, como las causas de los ladridos no se habrán eliminado, es posible que aparezcan nuevas conductas inadecuadas que reemplacen a los ladridos del perro. Por eso, es recomendable buscar la raíz del problema y tratarla de verdad para que deje de ladrar.

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