El ágil border collie


El Border Collie es una raza que fue desarrollada en las tierras Altas de Escocia para pastorear los rebaños de ovejas en los terrenos más duros, lo que le ha dotado de una gran energía así como de una altísima capacidad de trabajo, de ahí su segundo nombre, Collie, que significa útil en Galés.

Se trata de un perro de talla mediana que puede pesar entre los 16 y los 23 kilos. Su pelaje suele ser de dos tonos, y admite varios colores, predominando el negro, el tostado y el blanco, aunque éste último nunca debe ocupar la mayor parte del manto. Puede tener el pelo largo, aunque no mucho, o corto.

Su nota más característica es su agilidad, además su gran inteligencia, lo que lo convierte en un perro especialmente dotado para aprender todos aquellos juegos que combinen inteligencia y destreza, siendo muy sobresaliente en disciplinas como el Agility.

Es cariñoso y tranquilo, por lo que es un perro ideal para convivir con niños y adora a por igual a todos los miembros de la familia con los que conviva.

Un aspecto que deben tener en cuenta los dueños de estos perros es que es un animal que necesita sentirse útil, y, siendo un perro criado principalmente para el pastoreo necesita realizar mucho ejercicio cada día, por ello es aconsejable si elegimos esta raza como mascota, tener un jardín o un parque cerca donde nuestro perro pueda correr y explayarse a diario.

Derivada de la actividad para la que fue creado se da otra de sus características princípiales, y es su gran capacidad de concentración, lo que hace que su adestramiento sea bastante sencillo.

En cuanto a sus cuidados, deberemos cepillarlo a diario, sobre todo en la época de muda y si tiene el pelo largo.

Cuánto duermen los perros


Los perros son descendientes de los lobos. Los lobos tienen tendencias nocturnas, por lo que es razonable suponer que la tendencia de los perros es la misma. Algunos expertos aseguran que es recomendable que duerman ciertas horas pero, en realidad los perros duermen las horas que ellos consideran oportunas. ¿Sabes cuantas horas duerme tu perro? Cada perro es un mundo y, pocos dueños pueden especificar las horas de sueño diarias que tienen sus perros. Es una tarea, algo difícil.

Si realmente quieres saber cuánto duerme, debes tomarte tu tiempo. Un día, cuando estés en casa puedes vigilar los hábitos de tu mascota. No cambies sus rutinas para saber cuánto duerme finalmente. Observándole un día entero, seguro que puedes hacer una estimación aproximada de las horas de sueño de las que disfruta tu mascota. Recuerda que hay una gran diferencia entre el sueño, la pereza, y el letargo por algún tipo de enfermedad.

Cuanta más actividad tenga tu mascota durante el día, más ganas de descansar tendrá cuando llegue a casa. Sin embargo, si tu perro está inactivo, entonces su gran cantidad de sueño podría ser considerada como pereza. Asegúrese de que tu perro hace suficiente ejercicio. Treinta o cuarenta minutos al día de actividad son muy recomendables pero, todo depende del rigor del ejercicio. Los cachorros son diferentes, a veces parece que no duermen nunca y otros días creerás que el pequeño está todo el día durmiendo.

Cuando los perros se hacen mayores, suelen dormir más. A veces, el dolor de la artritis provoca que se queden en un mismo lugar durante un período más largo de tiempo. Asegúrate de que tu vieja mascota tenga un lugar cómodo para dormir. Seguro que llega a dormir toda la noche de un tirón.

Cuidados de las patas de perros y gatos


En el cuidado diario de nuestras mascotas muchas vece nos olvidamos de que las almohadillas, la parte de las patas que está en contacto con el suelo, necesita unos cuidados especiales para no resecarse y de ese modo evitar la aparición de grietas y heridas que podrían infectarse y suponer un problema para nuestro amigo.

Por ello, cuando volvamos de del paseo es aconsejable aplicarles un poco de aceite de almendras, que hidratará la piel y evitará la aparición de problemas en las almohadillas. Al hacerlo, debemos recordar que las almohadillas presentan muchas terminaciones nerviosas, lo que las vuelve muy sensibles y muchos animales se pondrán nerviosos cuando las revisamos o las hidratamos.

Si vemos que nuestro perro o gato cojean, debemos revisar estas almohadillas plantares y ver qué es lo que le está molestando. Lo haremos presionando suavemente tanto en las almohadillas como alrededor de ellas, para ver dónde le duele, aunque deberemos hacerlo con cuidado, porque si el dolor es muy intenso el animal puede reaccionar con agresividad.

Si hay una lesión, normalmente estará producida por objetos como vidrios, astillas de madera y quemaduras si el perro camina constantemente por la carretera. Si observamos que nuestro perro o gato se lame repetidamente las almohadillas y las mordisquea, deberemos llevarlo inmediatamente al veterinario, ya que pueden llegar a producirse úlceras con esta conducta.

Insuficiencia cardiaca en perros y gatos


Se denomina insuficiencia cardiaca a la incapacidad del corazón para bombear sangre suficiente para cubrir las necesidades de todos los tejidos y órganos. Las causas de esta enfermedad pueden ser muy diversas: válvulas del corazón defectuosas, enfermedades del miocardio, infestación de parásitos y otras alteraciones cardiacas que pueden afectar a nuestra mascota.

Existen dos tipos de insuficiencia cardiaca: congénita, es decir, heredada y adquirida. Si es congénita, nuestro animal la sufrirá desde el nacimiento, aunque es una enfermedad que afecta a pocos perros y gatos y que se suele detectar cuando el animal es joven durante alguna revisión rutinaria. Es mucho mayor la incidencia de las cardiopatías adquiridas, que se dan sobre todo en animales con más de cinco años de edad.

Dependiendo de la especie, son más comunes unas afecciones que la provocan. En los perros lo normal es que sea debida a afecciones de las válvulas del corazón, mientras que en los gatos suelen deberse a alteraciones del miocardio, el músculo del corazón.

Todo ello genera una sintomatología muy característica en el animal, en la que podemos encontrar falta de apetito, decaimiento general y disnea, que es la dificultad para respirar que suele aparecer después de hacer algún tipo de ejercicio y por las noches, cuando está tumbado, aunque no haya realizado ningún tipo de ejercicio.

En el momento que observemos varios de estos síntomas, deberemos llevar a nuestra mascota para que sea examinada por el veterinario. Éste, para evaluar el grado de gravedad de la enfermedad del animal le realizará diferentes pruebas.

El tratamiento suele consistir en medidas para mejorar la capacidad respiratoria del animal y favorecer el normal funcionamiento del corazón, todo ello acompañado de una dieta específica para animales con cardiopatías.

La nieve y los perros


A muchas mascotas les encanta la nieve… pero con el frío, es necesario que tomes algunas medidas de seguridad para que los perros se lo puedan pasar mucho mejor:

– Mantenerle caliente
No lo dejes fuera durante largos períodos prolongados de tiempo. Ya que la hipotermia y la congelación pueden llegar a convertirse en un verdadero problema. Mira como está tu amigo y fíjate en sus temblores.

– Productos peligrosos
Durante el crudo invierno, todos podemos tener por casa o sus alrededores productos que pueden ser venenosos para nuestro perro. Los perro suelen sentirse muy atraídos por el sabor del anticongelante, sin embargo, este es extremadamente venenoso. Cantidades tan pequeñas como una cucharadita, pueden ser letales.

– Lejos de zonas congeladas
Es muy importante mantener a tu animal lejos de zonas que estén congeladas, como por ejemplo lagos y ríos. Aunque parezca que una formación de hielo es muy consistente, las constantes pisadas y las uñas del animal pueden hacer que se roma y que el animal se caiga.

– Zonas deportivas
Aunque pienses que estáis solos, ten cuidado con las zonas donde se pueden realizar diferentes deportes, ya que puede que el animal no sea visto con la nieve y se lleve algún golpe. Si la nieve está bastante alta, asegúrate de que el animal lleva algún tipo de dispositivo que le permita ser visto por los demás.

– Estar pendiente de las mascotas más mayores
Las mascotas mayores con problemas de movilidad pueden pasarlo verdaderamente mal en zonas con nieve o con hielo, ya que moverse de forma segura por estas zonas no les resultará nada fácil. Asegúrate de cambiar de camino o de poder ayudarles en cuanto les veas mal.

Perros deprimidos


Solemos considerar la depresión como una enfermedad exclusivamente humana, pero no es así. Nuestro perro puede también sufrirla en cualquier momento debido a algún suceso traumático que ha tenido lugar en un momento de su vida, ya sea lejano o cercano, que queda grabado en su memoria.

Por ello, si nuestro perro se muestra triste, se aísla o incluso comienza a tener comportamientos violentos que no había tenido con anterioridad, es el momento de llevarle al veterinario para que él determine si detrás de ese comportamiento hay alguna causa física o bien ha caído en un estado depresivo.

Este hecho es más común de lo que se cree, lo que ha llevado a algunos investigadores a estudiar lo que se denomina “Depresión canina”, que es el modo que tiene nuestra mascota de expresar su enfado o su tristeza.

El animal no entra en este estado de un día para otro, sino que el comportamiento se manifestará poco a poco. Notaremos que realiza las actividades cotidianas con desánimo y desgana, aunque también puede darse que el perro no tenga energía para realizarlas y se pase el tiempo tumbado en algún sitio apartado de la casa. Si el estado empeora, el principal síntoma será la disminución o pérdida del apetito por parte de nuestra mascota, situación que, si se alarga en el tiempo, puede traerle problemas físicos graves.

Si hemos adoptado un perro y observamos este comportamiento, seguramente se debe a problemas y maltratos que haya sufrido con sus amos anteriores. Si lo observamos en una mascota de la que hemos cuidado desde cachorro, deberemos examinar si le estamos dando todos los cuidados necesarios, incluyendo el ejercicio diario y el comportamiento de todos los miembros de la familia hacia el animal.

Perros que detectan diabetes


De todos es bien sabido que los perros tienen habilidades extraordinarias. Nos ayudan a predecir terremotos, ayudan y son el sostén de las personas con discapacidad y tienen una sensibilidad especial para tratar a las personas con algún tipo de discapacidad. Pero no acaban aquí sus dotes ya que, también son capaces de prevenir a las personas que sufren epilepsia de que van a tener un ataque y, según se ha descubierto recientemente, también son capaces de detectar la variación en los niveles de azúcar en los pacientes con diabetes.

Esto se descubrió gracias a que estos pacientes se dieron cuenta de que, poco antes de sufrir una crisis importante, su perro actuaba de una manera especial, avisándoles de ello. Al parecer, se da algún cambio en el olor que emite el cuerpo humano antes de producirse dichas crisis, cambio que los perros son capaces de detectar.

Existen dos tipos de perro que pueden cuidar a las personas con diabetes:

Perros de alerta: son aquellos que nos avisan cuando se producen cambios en los niveles de azúcar

Perros de respuesta: Este tipo de perros puede no ser capaz de alertar al dueño de la proximidad de la crisis, pero están entrenados para ayudar al enfermo cuando ésta se produce, bien llevándoles su medicación o avisando a alguien.

La ventaja es que los perros no necesitan ninguna cualidad especial para poder ayudar a pacientes con diabetes excepto tener un olfato muy fino, lo que facilita su entrenamiento para este fin. Son pocos aún los centros que preparan a los animales para esta tarea, pero la demanda aumenta día a día, dado que actualmente el número de este tipo de enfermos también está creciendo en gran medida.

El sorprendente Komondor


Lo primero que llama la atención en el Komondor es su aspecto. Su largo pelaje le cubre por entero, desde la cabeza hasta la cola. , dándole una apariencia extraña e incluso fantasmal si lo tiene demasiado largo. Aunque es un perro muy antiguo, no ha sido hasta 1920 cuando comenzó a popularizarse, momento en el que comenzó a participar en exposiciones caninas.

La raza Komondor es originaria del Tíbet, pero se ha desarrollado sobre todo en Hungría, donde fue llevada por nómadas magiares. Desde el s XVI se ha utilizado para cuidar ganado, actividad que sigue desempeñando hoy en día. Ha tenido también una gran difusión en los Estados Unidos, donde se lo utiliza tanto para guardar ganado como perro de guardia.

Es un perro de gran tamaño que puede alcanzar los 80 centímetros. Su pelaje es siempre de color blanco y denso, debido a su origen tibetano. Sus ojos son de color pardo y destaca en él su andar altivo.

Aunque su tenencia se ha popularizado, no es un perro para dueños inexpertos, ya que necesita recibir lecciones de obediencia desde pequeño. De lo contrario, su terquedad y su fuerza puede hacer que se vuelvan desobedientes llegando incluso a ser agresivos. Si hay niños en casa debemos pensárnoslo dos veces antes de adquirir un Komondor, ya que no es tiene mucha paciencia con los niños.

Debido a que es un perro protector de ganado, este instinto lo traslada a las familias con las que vive, por lo que debemos tener especial cuidado cuando alguien desconocido entre en casa, porque puede reaccionar con agresividad.

Necesita mucho ejercicio, por lo que es preferible tenerlo en el campo o en un jardín. Debemos lavarlo mensualmente para mantener su pelo en perfecto estado y es conveniente cepillarlo de vez en cuando, tarea que nos puede llevar hasta dos horas.

Cómo tratar al perro miedoso


Algunos perros, como les ocurre a los seres humanos, son miedosos o tímidos. Normalmente esto se deriva de experiencias pasadas, cuando ha sido maltratado física o verbalmente, o ha sido abandonado o no ha tenido suficientes experiencias de socialización cuando era un cachorro. Todo ello hace que el animal pierda la confianza en sí mismo, volviéndose un perro temeroso ante cualquier estímulo, lo que también lo vuelve un animal inestable, ya que el miedo lo puede volver agresivo.

Si tienes un perro de estas características, debes saber que, al igual que ha perdido la confianza, poco a poco puede volver a recuperarla, dejando de ser miedoso y pasando a ser un perro tranquilo. Sin embargo, este es un proceso lento que requiere paciencia y comprensión por nuestra parte. Para lograrlo se pueden seguir las siguientes pautas:

Debes proteger el espacio personal del perro: No dejes que le atosiguen personas que no conocen. Si quieren acariciarlo, debes indicarles que lo hagan en el cuello o en el pecho en lugar de en la cabeza, sobre todo si es un perro que ha sufrido maltrato físico. De ese modo el perro se sentirá más tranquilo porque no percibirá el ademán de la caricia como una amenaza.

Distráele cuando tenga miedo: Si notas que tu perro se encoge, mete el rabo entre las patas y que arquea la espalda, debes quitar su atención del estímulo, corriendo o jugando con él, utilizando algo que le llame la atención, como su pelota preferida o una actividad divertida de forma que convirtamos un momento de miedo en una situación divertida y logremos que poco a poco el perro asocie ambas ideas. No

Terapia con perros para pacientes de Alzheimer


Que el perro es el mejor amigo del hombre es algo que hoy en día ya nadie duda. Aparte de hacernos compañía y ser un compañero fiel, nos ayudan a rescatar personas desaparecidas tras grandes catástrofes, detectar drogas y ayudar a personas ciegas.

Estas cualidades no terminan aquí, ya que recientemente se ha constatado que tienen un efecto muy positivo en aquellas personas que sufren la enfermedad de Alzheimer y otro tipo de demencias asociadas a la edad, enfermedades degenerativas que se caracterizan por una pérdida progresiva de la memoria y el deterioro de otras facultades mentales.

La terapia realizada con estos animales consiste en la interacción entre el perro y el enfermo mediante juegos sencillos que ayudan a los pacientes a mejorar su nivel de concentración y a recordar nociones básicas como los números y colores, al tiempo que los ayudan a relajarse y mejoran su nivel de socialización.

Las sesiones de terapia con perros suelen durar en torno a una hora, durante las cuales los enfermos pueden sacar a pasear a los perros o bien jugar con ellos, realizando actividades como tirarle la pelota, lo que favorece la psicomotricidad de los pacientes o juegos de memoria que hacen que los afectados deban realizar operaciones matemáticas sencillas o a reconocer los números y letras que el perro les lleva. De este modo se logra estimular las facultades que más mermadas se ven por esta dolencia, permitiendo retrasar el deterioro cognitivo que sufren los pacientes.

Para desempeñar esta función se eligen razas de perros tranquilas que no puedan asustar a los pacientes y se les entrena para la terapia. Lo primero que aprenden es a apoyar la cabeza la cabeza sobre el paciente dejándose acariciar, parte muy importante de la terapia necesaria para que el enfermo confíe en el perro.