Adoptar un gato

Si hemos decidido tener un gato, en lugar de comprarlo en una tienda, tenemos la opción de adoptarlo en una protectora o en una asociación que se dedique a acoger gatos que han nacido en la calle o que han sido abandonados por sus dueños. De este modo, además de disfrutar de la compañía y todo aquello que el animal nos brinda, le habremos dado una segunda oportunidad para vivir en un hogar y ser queridos por sus amos.

Lo primero que tendremos que decidir es si queremos adoptar un cachorro, un gato adulto o uno más anciano. Si queremos un animal que juegue y se divierta, deberemos adoptar un cachorro, sin olvidar que deberemos socializarlo y educarlo y dedicarle más atención. Si preferimos un animal más tranquilo, lo mejor es optar por un gato adulto, que además tardará menos en adaptarse a su nuevo hogar.

Si tenemos hijos, lo mejor es buscar un ejemplar tranquilo, que, a ser posible, ya haya convivido con niños. En los primeros días, deberemos cuidar cómo tratan estos al gato, sobre todo si es cachorro, para evitar que le hagan daño y que de ese modo la adaptación del animal sea más sencilla.

Cuando llegue a casa, lo primero que tendremos que enseñarle es dónde tiene la comida, el agua, y dónde puede hacer sus necesidades. Los gatos son muy territoriales y necesitan tener esta información para poder sentirse a gusto en su nuevo hogar.

Si tienes otras mascotas, lo mejor es aclimatar al gato poco a poco a sus nuevos compañeros. Lo mejor es acomodarlo en una habitación y dejar que los otros animales se acostumbren a su olor, sobre todo si son perros. Al cabo de diez o quince días, podremos dejar salir al animal. No debemos asustarnos si se produce alguna carrera o algún bufido, ya que son comportamientos normales.