Transportar a un gato al veterinario


Una parte importante en el cuidado de un gato enfermo es saber cómo transportarle. Llevar a un gatito herido sin que se lesione más o sin que se pueda poner excesivamente nervioso es una tarea que no a todo el mundo le resulta demasiado fácil, más que nada por el miedo a hacerle daño.

Para tener éxito en el transporte de un gato herido, debes recordar cuáles son sus armas principales: la boca y las garras. Un gato herido es muy probable que tenga miedo por lo que debes tener mucha precaución al moverle. Tomo nota de estos métodos:

Método A

– Paso 1: si notas como el gato coopera, alcanza al animal con la mano derecha, colocándola sobre su lomo y la otra mano bajo su pecho para que pueda descansar su peso con tranquilidad. Levanta al gato firmemente hacia ti, y asegúrale contra tu cuerpo.
– Paso 2: métele en la caja dónde le suelas transportar habitualmente al médico

Método B

– Paso 1: si el gato necesita una especie de camilla, y estás con alguien más, coloca en el suelo una toalla en la que el animal quepa de cuerpo entero. Puedes utilizar como base una madera o un cartón duro.
– Paso 2: sujeta cada extremo de la manta de manera que quede tensa y pueda servirte como camilla.
– Paso 3: comprueba que el cuerpo del animal descansa perfectamente en la “camilla”, sobre todo la zona del cuello. Debes conseguir que la cabeza no le quede colgando.

Estos métodos no son demasiado complicados pero intenta realizarlos siempre con alguien que te pueda ayudar y que el animal conozca.

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