Socializar a las chinchillas


Las chinchillas son adorables criaturas mullidas y suaves. Por eso, estas criaturas fueron cazadas por su piel, aunque ahora se mantienen como mascotas. A diferencia de otros roedores domésticos, sin embargo, las chinchillas no están del todo domesticadas. Requieren ser formadas con el fin de acercarse más a sus compañeros humanos e incluso después de años de atención y tratamiento.

A algunas chinchillas les encanta ser cogidas y abrazadas mientras que a otras no les gusta nada de nada. Esto no hace que una Chinchilla sea una mala mascota, sino que requieren una gran cantidad de atención por parte de sus cuidadores humanos. Por ello, no son mascotas recomendables para los más pequeños de la casa. Deben ser cuidadas por adultos. Si una chinchilla se siente amenazada, puede rociar orina a su «atacante» e incluso morder.

Por lo tanto, la mayoría de los niños no son lo suficientemente maduros para cuidar a estas criaturas frágiles. Aunque no le guste ser abrazada, probablemente le encantará ser acariciada. Unas caricias detrás de las orejas o debajo de la barbilla la pueden hacer muy feliz. La recompensa de una golosina será muy valorada por el animal.

Sentarse y hablarla es una gran manera de hacer que se acostumbre a tu voz y olor. Esto es mejor que se realice por la noche, ya que son animales nocturnos y estarán más espabilados que por el día. Dejarla correr fuera de su jaula es importante para su bienestar. Asegúrate de que cuando haces esto no hay peligros potenciales como cables eléctricos, perros o gatos, o plantas dañinas en la zona.

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