Desde hace algún tiempo, notas algo extraño en tu mascota. No está igual de activo que antes y cuando llegas a casa, no sucede nada especial. Cuando llegas está tumbado en un rincón de la casa y sus ojos están como apagados. Es una pena que tardemos tanto tiempo en darnos cuenta de lo que en realidad está sucediendo: tu mascota tiene una depresión.
Uno de los signos principales de este problema es el letargo. Tu mascota pasará del estruendo a la más profunda oscuridad. Debes averiguar por qué está en ese estado. La mayoría de nosotros tendemos a llevarle al veterinario y cuando nos dicen que está perfecto de salud, nos olvidamos del problema pero, el animal sigue aletargado. Recuerda: la depresión se está apoderando de su vida.
Otro de los signos es una conducta agresiva. Puede que todo lo que hagas empiece a molestarle y sus gruñidos o bufidos se conviertan en una constante. El motivo de este cambio radical puede deberse a un cambio repentino en el entorno. Muchas veces no reparamos en ello pero un simple cambio de lugar de su caseta puede hacer que el animal se sienta triste y abatido.
Por último, otro de los signos de depresión en los animales es un cambio repentino en sus hábitos alimenticios. Cuando están tristes, los animales pierden el apetito, lo que les va llevando a una inanición y por lo tanto una deshidratación. Este síntoma es el menos evidente de la depresión, no porque no se note sino porque puede también deberse a una enfermedad crónica. Si te fijas, todos estos signos depresivos son muy similares a los de los humanos.