Ponies, caballos en miniatura


Cuando pensamos en los ponies se nos viene a la cabeza la imagen de un caballo pequeñito montado por un niño, bien por diversión o mientras aprende a montar. Seguramente el hecho de que tenga esta función en nuestros días se debe a que cuando aparecieron en Europa, en torno al siglo XVII, su función principal fue de servir de mascota a los príncipes europeos mientras eran niños.

Sin embargo no todos los ponies responden a este estereotipo, ya que, por ejemplo, aquellos pertenecientes al grupo D pueden pasar, a los ojos de un inexperto, por un caballo dado su tamaño.

Todas las especies de poni provienen de un cruce entre un Shetland y un Pura Sangre de pequeño tamaño. Se consideran ponies todos aquellos caballos cuya alzada es menor de 1,48 cm de alzada.

Los ponies, según su alzada, se clasifican en distintos grupos:

– Caballos miniatura (sección A): hasta 86,4 cm.

– Caballos miniatura (sección B): desde 86,4 cm hasta 96,5 cm.

– Ponis (división A): hasta 1,10 cm.

– Ponis (división B): hasta 1,30 cm.

– Ponis (división C): hasta 1,40 cm.

– Ponis (división D): hasta 1,48 cm.

A pesar de su pequeño tamaño, estos animales se caracterizan por ser muy fuertes, sobre todo gracias a sus potentes patas. Tienen un carácter muy afable y dócil, por lo que son muy buenos compañeros de los niños.
Si nos decidimos a adquirir un poni, deberemos tener en cuenta de que necesita un lugar amplio para vivir, para que el animal se sienta a gusto.

También deberemos cuidar diariamente de sus patas, limpiando sus pezuñas para evitar que en ellas se acumule barro, suciedad o piedrecitas que puedan causarle alguna herida.

Finalmente, en cuanto a su alimentación, lo mejor es mezclar forraje y pienso, adecuando siempre la ración a su tamaño.

Caballos, Razas,
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