Las mejores armas del perro: el olfato y el oído


Cuando pensamos en un perro, dos de las grandes características que nos vienen a la cabeza son, sin duda, el olfato y el oído, y es que los caninos tienen estos dos rasgos tan pronunciados que les permiten percibir sensaciones que nosotros no podemos captar. Por ello, muchas razas de perros son adiestrados por la policía para formar parte de equipos de rescate o detección de drogas. Hoy queremos analizar estos dos sentidos de los perros, que sin duda, son dos de las mejores armas del perro.

El olfato. Para que nos hagamos una idea de la capacidad olfativa de un perro, lo mejor es que los comparemos con nosotros. Mientras que el hombre posee, aproximadamente, de 5 millones células sensibles al olor, los perros pueden llegar a poseer 220 millones de células olfativas, por lo que su capacidad es muchísimo mayor que la nuestra.

Se han realizado muchísimos estudios al respecto, pero sin duda, uno de los más interesantes es el de ‘portaobjeto’, en el que un objeto de vidrio es tocado por un ser humano y guardado junto a otros durante seis semanas. Transcurrido este tiempo, se muestran los objetos al perro para que los olfaté, quien distingue el objeto tocado y la persona que lo ha hecho.

El oído. Cuando hablamos de la diferencia entre la capacidad auditiva del ser humano y del perro, tenemos que tener en cuenta la frecuenta de los sonidos, ya que en cuando a los graves se refiere no hay mucha diferencia, pero si hablamos de los agudos, es otro tema.

El límite máximo de los perros en cuanto a los agudos es de 60.000 ciclos por segundo, mientras que los humanos tenemos un límite de 20.000 ciclos. Así, los perros pueden escuchar sonidos de frecuencias muy elevadas, que para nosotros ya son sonidos ultrasónicos.

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